Las fisuras en los muros de concreto armado son uno de los problemas más comunes en obra y, si no se controlan, pueden afectar tanto la estética como la durabilidad de las estructuras.
Entender por qué se producen y cómo prevenirlas es fundamental para garantizar un mejor desempeño a largo plazo. En esta nota te explicamos las principales causas de fisuras y qué medidas prácticas debes tomar para evitarlas.
¿Cuáles son las principales causas de fisuras en muros de concreto?
Las fisuras en muros de concreto armado pueden originarse por varios factores, relacionados tanto con el diseño como con el proceso constructivo. Entre las causas más comunes se encuentran:
- Retracción del concreto: Al perder humedad durante el fraguado y curado, el concreto tiende a contraerse. Esta retracción, si no se controla adecuadamente, puede provocar grietas finas en la superficie.
- Asentamiento plástico: Ocurre cuando el concreto fresco se hunde antes de endurecer, formando fisuras cerca de las armaduras superiores.
- Movimientos térmicos: Las variaciones de temperatura provocan dilataciones y contracciones en el concreto que, si no se consideran en el diseño, pueden generar fisuras.
- Cargas estructurales mal distribuidas: Un diseño deficiente o una ejecución incorrecta pueden inducir esfuerzos que superen la resistencia del material, produciendo grietas estructurales.
- Curado inadecuado: La falta de un curado correcto expone al concreto a pérdidas rápidas de humedad, aumentando el riesgo de fisuración temprana.
- Errores en la colocación del refuerzo: El acero mal posicionado o insuficiente disminuye la capacidad del muro para resistir tensiones, favoreciendo la aparición de grietas.
¿Cómo evitar fisuras en muros de concreto?
Prevenir las fisuras en muros de concreto armado requiere combinar buenas prácticas de diseño, ejecución y control de calidad en cada etapa del proyecto. Estas son las principales recomendaciones:
Diseña adecuadamente
Un diseño estructural correcto debe contemplar las cargas reales que actuará sobre el muro, el tipo de apoyo y las condiciones ambientales. Además, es importante prever juntas de control en muros de grandes dimensiones para permitir movimientos sin provocar grietas.
Realiza un curado efectivo
El curado del concreto debe comenzar tan pronto como sea posible después de la colocación. Mantener el concreto húmedo mediante riego, mantas mojadas o productos de curado ayuda a evitar la evaporación rápida de agua y reduce las fisuras por retracción plástica.
Controla la retracción
Utilizar aditivos específicos para minimizar la retracción, como agentes reductores de agua o expansores de volumen, puede ser una estrategia efectiva. Además, se debe evitar el exceso de agua en la mezcla, ya que incrementa la retracción y disminuye la resistencia del concreto.
Coloca correctamente el refuerzo
El acero de refuerzo debe instalarse respetando las distancias de recubrimiento, separación entre barras y anclajes adecuados. El refuerzo bien distribuido ayuda a controlar las fisuras de retracción y mejora el comportamiento estructural del muro frente a cargas.
Evita cambios bruscos de temperatura
Cuando sea posible, protege los muros recién construidos de exposiciones directas al sol o al viento fuerte. Estos factores aceleran la pérdida de humedad superficial y favorecen la aparición de fisuras. Cubrir la superficie o trabajar en horarios de menor incidencia solar son buenas prácticas.
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