Si estás trabajando en carpintería metálica, entonces debes conocer los tratamientos térmicos que debes dar a los metales. De esa manera podrás mejorar sus propiedades o prepararlos para los trabajos que necesitas realizar. Aquí te cuento más al respecto. ¡Toma nota, maestro!
¿Qué son los tratamientos térmicos?
Los metales como el acero tienen la cualidad de poseer una estructura que se modifica según la temperatura a la cual son sometidos y su composición química. Los tratamientos térmicos son procedimientos de calentamiento, permanencia y enfriamiento de metales en estado sólido con el objetivo de modificar sus propiedades. Con el tratamiento térmico se puede hacer que el metal cambie su dureza, tenacidad, la resistencia a la abrasión, a la corrosión, etc.
¿Qué tipos de tratamientos térmicos existen?
En carpintería metálica existen diferentes tratamientos térmicos que se pueden realizar a metales en estado sólido. Estos pueden clasificarse en:
Tratamientos térmicos comunes
Consisten en modificar las cualidades del acero a partir del uso del calor a través del calentamiento y enfriamiento de los metales. Entre los tratamientos térmicos de este tipo se encuentran:
- Normalizado: se usa para normalizar u homogeneizar la estructura de una pieza metálica. Para eso se eleva la temperatura de la pieza entre 900° a 950° y se deja enfriar a temperatura ambiente.
- Temple: este es el tratamiento térmico más empleado en carpintería metálica y consiste en cambiar la estructura del acero haciéndolo más duro y resistente (martensita). Esta técnica consiste en calentar el acero a una alta temperatura y luego enfriarlo rápidamente.
- Revenido: este tratamiento complementa al del temple que permite quitarle ligeramente la dureza adquirida en el proceso anterior. El proceso consiste en calentar el acero a una temperatura menor a la usada en la técnica del temple, por ejemplo, hasta los 250° a 340°.
- Recocido: es un procedimiento al temple, ya que busca ablandar el acero. Para este procedimiento, se eleva la temperatura a 900° y se deja enfriar la pieza lentamente.
A los anteriores también podemos sumar el bonificado, que es la mezcla del temple y el revenido.
Tratamientos especiales o termoquímicos
En este tipo de tratamientos, no solo se tiene en cuenta el calor o el porcentaje de carbono de los metales, sino que también consiste en la adición de un elemento químico que proporcione al metal de alguna característica específica. Es decir, son tratamientos de recubrimiento superficial, depositando elementos químicos en la superficie. Entre este grupo de tratamientos térmicos se encuentran:
- Cementación: a través de este procedimiento se enriquece la parte externa del acero con carbono o con un elemento cementante rico en carbono (que puede ser líquido, sólido y gaseoso). De esa manera, la pieza trabajada cuenta con una superficie más dura.
- Nitruración: en este caso la sustancia química que se incorpora es nitrógeno, con el objetivo de mejorar la dureza superficial, así como la resistencia a la corrosión y al desgaste de la pieza.
- Cianuración: para este procedimiento se combina el carbono y el nitrógeno con la finalidad de endurecer la capa superficial de la pieza.
De todos los procedimientos que te he contado, los tratamientos térmicos comunes son los que más se usan en los talleres de carpintería metálica. ¡Cuéntame maestro!, ¿cuál es el que usas a diario en tu taller?
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