¡Maestro constructor, nos encontramos otra vez! Y es esta oportunidad quiero hablarte un poco más acerca del concreto. ¿Sabías que existe el concreto convencional y el concreto ligero? ¡Espero que los estés usando adecuadamente en tus obras! Por si las dudas, aquí te hablo más sobre ellos, sus usos y los beneficios que ofrecen a tus construcciones. ¡Saca lápiz y papel y anota!
El concreto convencional
El concreto convencional es el que usamos generalmente en nuestras construcciones. Podemos decir que es el más comercial y tiene múltiples aplicaciones que no requieran de aditivos especiales. Este tipo de concreto tiene una resistencia de 175 a 350 Kg/cm2.
Para usar este cemento debemos utilizar un agregado, cuya cantidad y peso se determina de las dimensiones del área en que se empleará el concreto; así como del número de refuerzos.
El concreto ligero
Por otro lado, se encuentra el concreto ligero que se distingue porque su peso unitario no supera los 1,900 Kg/m3, en otras palabras, su rango se encuentra por debajo del concreto convencional, antes mencionado. Debido a esta cualidad, el concreto ligero posee una resistencia limitada. Pese a lo anterior, es importante anotar que el uso de concreto ligero representa una ventaja, ya que, a menor peso del material, menor peso de la estructura construida y menor también será la fuerza sísmica sobre ella.
Diferencias en el uso de concreto convencional y concreto ligero
Ambos tipos de concreto se diferencian en sus aplicaciones. En el primer caso, el concreto convencional se usa para la mayoría de las edificaciones, por ejemplo, cimentaciones, columnas, vigas, losas (macizas o aligeradas), muros de contención, etc. En otras palabras, tiene un fin estructural. Por otra parte, el concreto ligero se usa principalmente para construir coberturas livianas, así como aislamientos (foto N°2). Del mismo modo, también se puede emplear concreto ligero para cubrir tuberías de conductos de gas.
Ventajas de uso de concreto convencional y ligero
En cuanto a las ventajas, ambos las ofrecen aplicados en sus respectivos campos de uso. En el caso del concreto convencional las ventajas que saltan a la vista son:
- Es fácil de usar y puede adaptarse a cualquier construcción mientras no pierda su elasticidad.
- Tiene una gran resistencia a la compresión, por lo que puede colocárselo en estructuras como columnas o arcos.
- Es resistente al fuego y a la penetración de agua.
En cuanto al concreto ligero, este:
- Puede usarse en la fabricación de estructuras comerciales livianas, fábricas y en viviendas residenciales.
- Como el anterior ofrece aislamiento contra el fuego, pero también frente al calor y el sonido.
- Como tiene menor peso permite ahorrar en el uso de acero estructural y en los tamaños disminuidos de la cimentación.
Además de los dos tipos de concreto antes mencionados, también existe el concreto pesado, cuyo peso unitario es más alto que el convencional y que, generalmente, se usa como escudo de protección frente a la radiación.
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